SE PODRÁN CAZAR LOBOS EN GALICIA LOS 12 MESES DEL AÑO: el 30 de mayo se ha publicado en el Diario Oficial de Galicia la regulación de la temporada de caza 2018-2019 y entre sus sangrientos artículos, uno en concreto, el número 13 pone al lobo ibérico en la diana de cazadores y ganaderos: SE PODRÁN CAZAR LOBOS EN GALICIA LOS 12 MESES DEL AÑO. Los mismos ganaderos de Sabucedo, que hace unas semanas han dejado morir de hambre a 100 caballos, podrán realizar cacerías, incluso en periodo de cría en caso de que un lobo coma alguna de las famélicas reses que tienen en el monte abandonadas a su suerte.
No se debería autorizar cacerías nunca. El ganadero tiene que cuidar a sus animales y una vez cumplan esto, si un día se produce un daño, que se lo paguen. Pero la Xunta de Galicia va por otro lado. Los lobos suelen nacer en mayo y hasta noviembre, como muy pronto, no tienen un mínimo de movilidad. En caso de que maten a los padres ellos seguramente acabarán muriendo también. Lo mismo si hacen una batida en julio, agosto, septiembre... un cachorro tan pequeño no tiene ninguna oportunidad de huir en caso de ser localizado por perros acostumbrados a morder a jabalíes. Eso suponiendo que no acabe tiroteado por unos cazadores cuya única obligación es comunicar posteriormente a la Xunta el resultado de la cacería.
Esto es un auténtico escándalo. Un gobierno que ha vendido la cabeza del animal más perseguido de la fauna gallega a la ínfima minoría que representan los cazadores (40.000 licencias en toda Galicia) y ganaderos extensivos, que serán unos cientos en toda la comunidad autónoma. Unos y otros además bien subvencionados para que el vicio les salga barato. Mientras tanto, los 2.700.000 gallegos restantes, mirando para otro lado.
Esto es un auténtico escándalo. Un gobierno que ha vendido la cabeza del animal más perseguido de la fauna gallega a la ínfima minoría que representan los cazadores (40.000 licencias en toda Galicia) y ganaderos extensivos, que serán unos cientos en toda la comunidad autónoma. Unos y otros además bien subvencionados para que el vicio les salga barato. Mientras tanto, los 2.700.000 gallegos restantes, mirando para otro lado.